miércoles, 22 de enero de 2014

La soledad de estar acompañada

Antes de casarme, hice una despedida bíblica donde a los comprometidos se les entregan objetos que van relacionados en la fe de Dios en lo que pueden a llegar a ser útiles dentro del matrimonio para conservarlo feliz y unido, entre esas cosas nos dieron una planta que describe a una muy conocida analogía del amor donde el amor es "una planta" que se debe de cuidar, nomas para imaginarnos que la planta es tu pareja. Para que tú crezcas en ella y puedas florecer y dar semillas que eventualmente se convertirán en más plantas (tus hijos), necesitas agua, que ocasionalmente muevan la tierra en donde estás plantada, que recorten de ti las partes que se secaron, tal vez que te canten y te pongan al sol, entre otras cosas de jardinería que yo no se mucho... pero esos cuidados son los que se deben de dar en pareja día con día y si no se dan "se seca el amor". A todos nos gusta estar con alguien y formar parte de algo en donde haya personas incluidas. Fuimos diseñados para estar en grupos, para crecer juntos y para ser parte de algo. Sin embargo, siempre nos cuesta mucho trabajo entender que el crecimiento personal no es solamente el buscar la mejor versión de ti, sino también lo mejor de ti para los demás. ¿A qué viene todo esto? Sencillamente porque me he dado cuenta que la mayoría de los problemas que existen entre parejas es porque una parte no cede o no escucha al otro, y la principal de todas es la mentira esa fuerza que esta llena de egoísmo si uno de los dos vive en ella, la otra parte vive y no se detiene a pensar que esta sintiendo el otro. En una relación, si tu pareja te dice que no le gustan ciertos aspectos de ti como por ejemplo el llegar tarde o que le avisas que vas a ir a un lugar y no estas en ese lugar, o que tu forma de besar no la hace sentir cómoda o inclusive que siente que le está echando muchas ganas en algo pero no te retribuye ni te hace sentir mejor con un simple abrazo, hay que tener la empatía para comprender que no hay un ataque en sus observaciones, sino una búsqueda de mejorar la relación para poder seguir dando. He descubierto que las relaciones no funcionan de a gratis, que no importa que sea "el amor de tu vida" y que hayan nacido para estar juntos, que tampoco importa que sean iguales y que uno termine la oración del otro, que nada de esto va a durar o no va a haber un crecimiento en la relación si no existe la empatía para aceptar dar y recibir.


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